Blog

Explore My News,
Thoughts & Inspiration

Ver para creer

“Me gustaría que mis hijos tuvieran la oportunidad de ver lo que estoy viendo, de que no todo el mundo tiene todo lo que ellos tienen, para que sepan que hay otro mundo afuera y sean agradecidos”

 

Hace como un mes tuve la oportunidad de servir por un día en una caravana médica como traductora para una organización misionera acá en Costa Rica.

Una persona me dijo la frase que escribí al inicio… al principio no la procesé tanto, hasta que incluso de pensarla nuevamente me llegó a molestar porque me puse a pensar en el por qué necesitamos ver lo que los demás carecen para sentirnos afortunados de lo que tenemos o recibimos.

 

Me di cuenta de cuántas veces hemos actuado solamente pensando en lo dichosos de no tener una carencia y no en lo dichosos de tener lo que tenemos.

 

¿Por qué mi ser necesita comparar lo que no carece para agradecer lo que posee?

 

Creo que nuestra humanidad no nos permite dejar el hecho de sentirnos dichosos por poseer más que otros, y no realmente sentirnos agradecidos por lo que vivimos, sentimos, olemos, respiramos, tocamos… simplemente por ser eso… sin comparaciones.

 

Sería hermoso que pudiéramos actuar desde un corazón de compartir y no de ayudar porque hubo una comparación previa, en la que en mi humanidad determiné que el otro no es dichoso porque no tiene lo que yo poseo.

Sería hermoso si pudiéramos actuar desde un corazón de anhelo para que no existan diferencias de lo que podemos alcanzar unos u otros.

 

Sería hermoso que la ayuda que llega a los menos favorecidos materialmente, sea porque hay un corazón de querer dar todo de mí a otros y no por defender una afirmación de lo dichoso que soy yo por tener más.

 

Recuerdo que cuando me preguntaban sobre mi viaje de misiones, cerca del 100% de las personas me decían “me imagino que uno aprende a ser agradecido al ver la necesidad que tienen otros” y siempre he procurado que la gente pueda entender que no se trata de ir y aprender a ser agradecidos porque otros tengan menos, sino de conocer a Dios desde otra perspectiva y aprender que uno es dichoso porque el simple hecho de entender que tener a Dios es suficiente y me hace dichoso.

 

Reconocer a Dios como proveedor nos hace reconocer que dependemos de él y de que somos bienaventurados por tener la oportunidad de ser coherederos (todo lo que él posee lo comparte conmigo). No necesitamos ver la necesidad para reconocer que él me da lo que necesito, necesitamos ver la necesidad para reconocer que tenemos parte en el Reino, que debemos actuar como Iglesia, que nuestro corazón se encoja por el amor que sentimos hacia los que esperan que la Iglesia de Cristo responda.

 

Quiero hacer que mi vida no dependa de ver la carencia para actuar, sino que mi actuar carezca de lo que necesito afirmar en mi vida, porque los demás no necesitan que yo me sienta dichosa, sino que los haga sentir partícipes del amor de Cristo.